miércoles, 12 de junio de 2019

Deritie Parte 3: Amanecer con tres pares de piernas en lugar de uno.



Como una marmota, soy objeto de mi mejor amiga para poder olvidar sus examores. Mínimo la marmota ayuda a los animales en el bosque anunciando el posible fin del invierno, pero yo soy simplemente quién debe soportar las actitudes que se presentan en ella cuando termina o es terminada por alguien.
Soy un simple objeto que puede tirar en cualquier bote de basura. No podría decir que soy desechable porque siempre me termina rescatando del vertedero.
Todos podríamos morir cien veces y seguir siendo esa misma cosa que a veces es basura y en otras sólo un pañuelo, un balde para sus lágrimas. Pero hoy he decidido cambiar, dejar de ser ese tipo patético que vive a la sombra de su amiga, que jamás se atreverá a confesar lo que muy en el fondo reconoce.
Comencé a darme cuenta de que para ella no soy nada, justo en esa fiesta que tuvo como anfitrión a Amper. Esa noche ella tenía demasiadas copas encima comenzaba a hacer desfiguros. Para muchos esa situación debió ser motivo de risas y burla, también debió serlo para mí, pero no, tenía que sacarle de esa fiesta y encargarme de que nadie se inmiscuyesé en su vida en ese estado en el que se encontraba.
Cuando llegamos a tu casa comenzaste a decir otro par de locuras. Hablabas de un viaje con una chica que conociste en un bar, la que presumiblemente te besuqueas después de estar demasiado alterada por culpa de Elijion, o como cualquier hombre que haya pasado por tus sabanas de 500 hilos. Aunque siempre sueles hacer escenas cada vez que te encuentras entonada, hubo algo que me sorprendió mucho, y no fue un desfiguro, sino, tu misma hablando del porqué de tu escape. Aquello sucumbió mi ser, mis entrañas: el lugar dónde habías estado estos últimos cinco años. 
De mi parte debo decir, que nunca hubiera pensado que habrías estado en París todos estos años que desapareciste de todos tus conocidos sin razón alguna.
Ese día hablaste sobre un chico que conociste en París. En ese entonces, tú viajabas con Malver y en una de esas reuniones sociales que solían tener, tú conociste a Hemet, el culpable de haberte dado los mejores años de tu vida. Con quien viviste los mejores años de tu vida, con quien conociste lo que es el verdadero amor, con él te sentiste plenamente viva, una mujer realizada. Lo tenías todo y lo dejaste ir, no explicaste el porqué, pero tú como yo, sabemos que todo final feliz es el comienzo de un sortilegio de desafortunados eventos que desencadenan en una amarga y cruel infelicidad.
No juzgo lo que hayas hecho, simplemente no lo sé, pero debo decir que me he sentido orgulloso de ser tu amigo. Tal vez, lo que hiciste fue malo, muy malo, duro o hasta agresivo. Mas no puedo juzgarte ni siquiera criticarte. En mi vida he hecho tantas cosas de las que hoy me arrepiento y simplemente no debería contar, pero ya es momento, así sabrán que no sólo tú estás hasta la mierda, yo también.
Cuando desapareciste de la vida de Elijion, él perdió el control total de su vida. Todos pensaban que habías huido para abortar el supuesto hijo que esperabas de él. No sabemos si era real o no. Él lo creyó y cayó en depresión total. Una noche en la que él estaba perdido por culpa del alcohol varios tipos se encontraban tras su acecho. De alguna manera que aún desconozco, no lo sé, pero lo escuché hablar de brojob. Según Elijion, ellos eran sus amigos, sus compañeros de trabajo. Tal vez, estaban bajo los efectos de alguna droga, no lo sé, no lo puedo decir. Antes de irnos de ese antro decidí terminar con mi último trago y por ende llevarlo a su casa.
Cuando llegamos a su casa todo mi mundo comenzó a dar vueltas y el ambiente alrededor de mi comenzó a volverse más extraño. Me desconocía a mí mismo, y me llevó a algo que podría mencionar como un despertar. Todo fue un momento en el que, para mí, el tiempo se detuvo. Y decidí que era hora. Algo en mi estaba dispuesto a todo, aunque yo no quisiera, me sentía en piloto automático. A pesar de no sentirme completamente en control, me gusto como me sentía. Sentir todo totalmente diferente a como lo hacía, ver colores diferentes bailando en la penumbra de la oscuridad. Ver esos colores ensimismarse entre ellos mismos creando sobresaturaciones y alguno que otro golpe de degradación visual en cada objeto que se veía.
Al voltear a ver a mi amigo, me di cuenta de que comenzaba a sobresalir de él una especie de brillo me atraía hacia el mismo. Pronto una onda de expansión crecía y decrecía como una rotonda de colores primarios auxiliados por un blanco y un prisma que refractaba el haz de luz dentro la habitación.
Después, no sé cómo, pero me encontraba en una montaña rusa en la cual estaba montado junto a Elijion. Cruzamos en un río psicodélico con cocodrilos morados y mantarrayas jineteadas por una pareja de mujeres que se daban unos cuantos besos. Al bajar subimos a un elefante color amarillo que volaba con alas de águila y una cola de pavorreal, dejándonos caer desde un cielo color verde a lo que parecía ser un lago del que brincaban delfines carnívoros con cabeza de caballo. Cuando creímos todo perdido, caímos en un tobogán con destellos color cereza, saliendo en dirección a un bote impulsado con cisnes de efímera belleza. Cruzamos un túnel con una mirada postapocalíptica y gritos de moribundos en cama suplicando su propia muerte. Fue una sensación color de piedra, así fue como la describí. Algo tan hermoso y después tan infernal, lo malo fue que me gustó y me hizo sentir pleno muy en el fondo.
Al otro día desperté con una jaqueca, unas cuantas ganas de vomitar y una intensa sed. Me sentía tan pegajoso y sudado. Y por alguna razón que no recordaba, me encontraba desnudo y tirado en el sofá. Me puse mi propia ropa y salí huyendo desesperado buscando alguna respuesta a lo que había sucedido, pero no la encontré y salí aterrado.
Por ello no te puedo culpar Biressie… yo soy, igual o peor que tú.
No buscamos ser amados, quizá, ni amar a alguien más, simplemente creo que estamos juntos por el simple hecho de sentirnos por alguien más sin buscar algo a cambio.
Debo olvidar esa noche, lo que recuerdo y lo que no, espero poder recordarlo jamás. Es por ello por lo que he decidido elevarme hacia nuestro señor para que pueda vivir tranquilamente, no creas que es una nota suicida o algo por el estilo. Ya no puedo ser ese pañuelo con el que secas esas lágrimas, ya que tú nunca me has escuchado y secado alguna de las mías. Tú no eres la única con problemas, yo también importo y, debo dejar de ser ese balde para tus lágrimas. No sé quién haya sido ese balde de agua fría que me hizo darme cuenta de todo, pero se lo agradezco. Le agradezco que me haya ayudado a ser quién realmente soy, no tu sombra o aquel que vive bajo ella. Soy algo más que un objeto. Desde hoy debo decir, he aprendido a vivir para mí y por mí. Es hora de amarme a mí mismo.
¡Hasta nunca Biressie!
Atte. Deritie.