Como una marmota, soy
objeto de mi mejor amiga para poder olvidar sus examores. Mínimo la marmota
ayuda a los animales en el bosque anunciando el posible fin del invierno, pero
yo soy simplemente quién debe soportar las actitudes que se presentan en ella cuando
termina o es terminada por alguien.
Soy un simple objeto
que puede tirar en cualquier bote de basura. No podría decir que soy desechable
porque siempre me termina rescatando del vertedero.
Todos podríamos morir
cien veces y seguir siendo esa misma cosa que a veces es basura y en otras sólo
un pañuelo, un balde para sus lágrimas. Pero hoy he decidido cambiar, dejar de
ser ese tipo patético que vive a la sombra de su amiga, que jamás se atreverá a
confesar lo que muy en el fondo reconoce.
Comencé a darme cuenta
de que para ella no soy nada, justo en esa fiesta que tuvo como anfitrión a
Amper. Esa noche ella tenía demasiadas copas encima comenzaba a hacer
desfiguros. Para muchos esa situación debió ser motivo de risas y burla,
también debió serlo para mí, pero no, tenía que sacarle de esa fiesta y
encargarme de que nadie se inmiscuyesé en su vida en ese estado en el que se
encontraba.
Cuando llegamos a tu
casa comenzaste a decir otro par de locuras. Hablabas de un viaje con una chica
que conociste en un bar, la que presumiblemente te besuqueas después de estar
demasiado alterada por culpa de Elijion, o como cualquier hombre que haya
pasado por tus sabanas de 500 hilos. Aunque siempre sueles hacer escenas cada
vez que te encuentras entonada, hubo algo que me sorprendió mucho, y no fue un
desfiguro, sino, tu misma hablando del porqué de tu escape. Aquello sucumbió mi
ser, mis entrañas: el lugar dónde habías estado estos últimos cinco años.
De mi parte debo decir,
que nunca hubiera pensado que habrías estado en París todos estos años que
desapareciste de todos tus conocidos sin razón alguna.
Ese día hablaste sobre
un chico que conociste en París. En ese entonces, tú viajabas con Malver y en
una de esas reuniones sociales que solían tener, tú conociste a Hemet, el
culpable de haberte dado los mejores años de tu vida. Con quien viviste los
mejores años de tu vida, con quien conociste lo que es el verdadero amor, con
él te sentiste plenamente viva, una mujer realizada. Lo tenías todo y lo
dejaste ir, no explicaste el porqué, pero tú como yo, sabemos que todo final
feliz es el comienzo de un sortilegio de desafortunados eventos que
desencadenan en una amarga y cruel infelicidad.
No juzgo lo que hayas
hecho, simplemente no lo sé, pero debo decir que me he sentido orgulloso de ser
tu amigo. Tal vez, lo que hiciste fue malo, muy malo, duro o hasta agresivo.
Mas no puedo juzgarte ni siquiera criticarte. En mi vida he hecho tantas cosas
de las que hoy me arrepiento y simplemente no debería contar, pero ya es
momento, así sabrán que no sólo tú estás hasta la mierda, yo también.
Cuando desapareciste de
la vida de Elijion, él perdió el control total de su vida. Todos pensaban que
habías huido para abortar el supuesto hijo que esperabas de él. No sabemos si
era real o no. Él lo creyó y cayó en depresión total. Una noche en la que él
estaba perdido por culpa del alcohol varios tipos se encontraban tras su
acecho. De alguna manera que aún desconozco, no lo sé, pero lo escuché hablar
de brojob. Según Elijion, ellos eran
sus amigos, sus compañeros de trabajo. Tal vez, estaban bajo los efectos de
alguna droga, no lo sé, no lo puedo decir. Antes de irnos de ese antro decidí
terminar con mi último trago y por ende llevarlo a su casa.
Cuando llegamos a su
casa todo mi mundo comenzó a dar vueltas y el ambiente alrededor de mi comenzó
a volverse más extraño. Me desconocía a mí mismo, y me llevó a algo que podría
mencionar como un despertar. Todo fue un momento en el que, para mí, el tiempo
se detuvo. Y decidí que era hora. Algo en mi estaba dispuesto a todo, aunque yo
no quisiera, me sentía en piloto automático. A pesar de no sentirme
completamente en control, me gusto como me sentía. Sentir todo totalmente
diferente a como lo hacía, ver colores diferentes bailando en la penumbra de la
oscuridad. Ver esos colores ensimismarse entre ellos mismos creando
sobresaturaciones y alguno que otro golpe de degradación visual en cada objeto
que se veía.
Al voltear a ver a mi
amigo, me di cuenta de que comenzaba a sobresalir de él una especie de brillo
me atraía hacia el mismo. Pronto una onda de expansión crecía y decrecía como
una rotonda de colores primarios auxiliados por un blanco y un prisma que
refractaba el haz de luz dentro la habitación.
Después, no sé cómo,
pero me encontraba en una montaña rusa en la cual estaba montado junto a
Elijion. Cruzamos en un río psicodélico con cocodrilos morados y mantarrayas
jineteadas por una pareja de mujeres que se daban unos cuantos besos. Al bajar
subimos a un elefante color amarillo que volaba con alas de águila y una cola
de pavorreal, dejándonos caer desde un cielo color verde a lo que parecía ser
un lago del que brincaban delfines carnívoros con cabeza de caballo. Cuando
creímos todo perdido, caímos en un tobogán con destellos color cereza, saliendo
en dirección a un bote impulsado con cisnes de efímera belleza. Cruzamos un
túnel con una mirada postapocalíptica y gritos de moribundos en cama suplicando
su propia muerte. Fue una sensación color de piedra, así fue como la describí. Algo
tan hermoso y después tan infernal, lo malo fue que me gustó y me hizo sentir
pleno muy en el fondo.
Al otro día desperté
con una jaqueca, unas cuantas ganas de vomitar y una intensa sed. Me sentía tan
pegajoso y sudado. Y por alguna razón que no recordaba, me encontraba desnudo y
tirado en el sofá. Me puse mi propia ropa y salí huyendo desesperado buscando
alguna respuesta a lo que había sucedido, pero no la encontré y salí aterrado.
Por ello no te puedo culpar
Biressie… yo soy, igual o peor que tú.
No buscamos ser amados,
quizá, ni amar a alguien más, simplemente creo que estamos juntos por el simple
hecho de sentirnos por alguien más sin buscar algo a cambio.
Debo olvidar esa noche,
lo que recuerdo y lo que no, espero poder recordarlo jamás. Es por ello por lo
que he decidido elevarme hacia nuestro señor para que pueda vivir
tranquilamente, no creas que es una nota suicida o algo por el estilo. Ya no
puedo ser ese pañuelo con el que secas esas lágrimas, ya que tú nunca me has
escuchado y secado alguna de las mías. Tú no eres la única con problemas, yo
también importo y, debo dejar de ser ese balde para tus lágrimas. No sé quién
haya sido ese balde de agua fría que me hizo darme cuenta de todo, pero se lo
agradezco. Le agradezco que me haya ayudado a ser quién realmente soy, no tu
sombra o aquel que vive bajo ella. Soy algo más que un objeto. Desde hoy debo
decir, he aprendido a vivir para mí y por mí. Es hora de amarme a mí mismo.
¡Hasta nunca Biressie!
Atte. Deritie.